Parece ser que a partir del lunes estas líneas van a contar con más autobuses. El objetivo de ello, según las fuentes que he leído, es mejorar las frecuencias de las citadas líneas. No deja de resultar interesante las dotes de ilusionismo con que nos deleitan nuestros políticos, y es que no deja de resultar curioso el querer mejorar unas frecuencias inexistentes, bueno, o al menos completamente aleatorias. En lugar de tratar de mejorar el problema desde su base, que es la distribución de las líneas y sus recorridos, nada mejor que meter más autobuses, total, como ya el tráfico de por sí está de lujo en esta ciudad, por unos autobuses más en las líneas más conflictivas no va a ir a peor (más que nada porque ya no puede empeorar más). ¿Y qué conseguiremos con esto? Pues que los viajeros que tienen que esperar 20 minutos para coger un autobús que tiene una frecuencia de 7 (son datos a modo de ejemplo), vea que, cuando al fin llega su autobús, no vaya seguido de otro, o incluso de dos, si no que se repita más a menudo la escena de ver 4 ó 5 autobuses de la misma línea juntos. Y es que llega un momento que si ya de por sí las frecuencias se desbarajustan de forma incontrolable, si encima cada vez hay más autobuses y pasan por los mismos cuellos de botella, pues la solución propuesta no hace más que acrecentar el problema.
El otro día tuve la ocasión de asistir a una conferencia en la que se describían, a grandes rasgos, las características de la red de transporte que se está diseñando para Zaragoza, y he de reconocer que sentí una grata sorpresa al ver que en ella aparecían varias líneas circulares de autobús. Esperemos que no se quede en proyectos, y que lo podamos ver en un futuro cercano en nuestras calles.
Un saludo, y feliz fin de semana.
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